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Renacer de un dragon - primera parte

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Hay ocasiones, en las cuales, las personas, tienden a pesar de manera apresurada, solamente dejándose llevar, tomando como única base, el decir popular, para juzgar, aquello, que les es difícil entender, y en muchas de esas ocasiones, aquella discriminación injustificada, solo puede traer dolor, ira y conflictos, y esto, no solo se da entre el propio ser humano, sino, con aquellas criaturas, cuyo poder, escapan de la limitada comprensión, que poseemos, aunque algunos, en su mayor esfuerzo, tratan, de hacer entender a las demás personas, lo que ellos han comprendido, luego de haber pensado bien, la situación. 

Por ejemplo, este joven mercader, el cual, todos los días, en la plaza principal de la ciudad, ínsita a las personas, a que abran sus mentes, ante otras posibilidades, que no sean, solo mantenerse temerosos, al momento, de que alguien menciona el nombre, de los, dragones.

Rirtur.
En unas montañas, alejadas de cualquier rastro de civilización, habitaban en grandes cuevas, aquellos seres conocidos, como dragones, criaturas de enorme poder, conocidos principalmente, por su capacidad de poder reducir pueblos a cenizas, en cuestión de minutos, cuyas alas, pueden provocar vientos huracanados al agitarse, arrasando todo a su paso, y sus garras y dientes, afilados a tal punto, de dejar a las espadas de los guerreros, en ridículo.

Rirtur.
Todo pareciera indicar, que por la descripción que se da comúnmente de ellos, son solamente, seres que buscan la destrucción de lo todo, lo que se les cruce en su camino, pero, creo que muchos se han preguntado, si en verdad, solo sienten un anhelo por acabar con la vida, o acaso, algunos de ellos, miraran con algo de aprecio, a otras criaturas, y no desean eliminarlas, sino, por el contrario, protegerlas.

Rirtur.
Puede que incluso, en estos momentos, alguna de esas nobles criaturas, este pensando, acerca de la cuestión, por qué asesinar a otros, inmisericordemente, pero, los seres humanos, siempre nos hemos creído, la especie dominante en este mundo, creyendo que tenemos el derecho, de pisotear a todo aquel que se oponga a nuestras reglas, pero, cuando vemos que hay otra especie, capaz no solo de hacernos frente, sino, que también, nos recuerda que tan frágiles somos.


Rirtur.
Los tachamos automáticamente, de seres que deben ser eliminados, porque representan un peligro, pero, en verdad, quien es el que verdaderamente, representa una amenaza para el otro, los dragones, habitan pacíficamente, en tierras muy remotas, sin molestar a las personas, las cuales cuando ven la humareda que genera su poderosa llama, solamente piensan en emboscarlo, y matarlo lo más rápido posible, pues solamente, piensan en temer, en lugar de entender.

Rirtur.
Nosotros, tenemos solamente, unos cuantos siglos existir en este mundo, ellos, puede que estén, desde que todo comenzó, y que en realidad, nosotros seamos los invasores, que vienen a aprovecharse de su guardia baja, para apoderarse de su hogar, y eliminarlos, en caso de que se opongan, tal y como lo hacemos entre nosotros mismos.

Aquel joven, a pesar de las miradas de la gente, que parecieran clavar cuchillos, cada vez que abre la boca, y mueve los labios, para decir algo bueno acerca de los dragones, siempre mantiene los ánimos en alto, con la esperanza, de que alguien, quiera entender el mensaje que trata de transmitir, aunque eso le genere, constantes peleas, tanto con algunas autoridades, como con los mismos pobladores.

Hay razones, que solamente, uno puede llegar a entender, y darles el valor suficiente, como para seguir luchando, hasta el último segundo por ellas, mientras tanto, en las colinas, una pequeña joven, la cual, lo ha perdido todo, luego de que la caravana donde iba con su familia, fuera atacada por un grupo de ladrones, se encuentra vagando, sin rumbo, después de haber escapado, de aquel incidente.

Sin posibilidad de pedir ayuda, al estar en un lugar, tan alejado, y habiendo entrado, en un estado, de shock, por haber presenciado la muerte de sus seres queridos, tampoco podía hablar, y con la poca fuerza, que lograba conservar, en sus ya debilitadas piernas, la pequeña, logra encontrar una cueva, donde podría esperar a que pasara la noche, pero encontrando una sorpresa, dentro de ella.

Sin nombre.
¿Qué haces dentro de mi hogar?, acaso te han enviado para distraerme, mientras ellos preparan la artillería pesada, usándote como carne de cañón, para que ellos no salgan lastimados, y puedan atacarme cobardemente, como lo han hecho tantas veces ya, con mis otros hermanos.

La pequeña, no podía creer lo que veía, un dragón negro, de un tamaño lo suficientemente grande, como para poder cubrir la villa de dónde venían, incluso, sin extender sus alas, pensando que sería su final, la niña, decidió, que enfrentaría su muerte, con el mayor valor posible, puesto que, ya no le quedaba nada que perder, y por dentro, ella, a pesar de estar destrozada, logro encontrar la fuerza suficiente, para hablar con el dragón.

Vale.
No, yo como tú, conozco la crueldad humana, en su máxima expresión, el cómo, de un momento a otro, solamente por la codicia que caracteriza a los de mi especie, pueden llegar a ser capaces, de arrebatarle todo, a sus hermanos, sin importarles ninguna razón, obedeciendo solamente, lo que les dicta, su mente corrompida, es normal, que desconfíes de mí, pero, yo ya estoy muerta, no tendría razón para hacerte daño alguno.

Aun estando imbuida, en una profunda tristeza, las lágrimas no corrían por su rostro, no había una expresión, que pudiera representar, el sentimiento con el que estaba cargando, simplemente, resignándose a aceptar la última estocada, de una manera digna, pero, el dragón, se preguntaba, que era lo que pasaba por la mente de la pequeña, que generaba aquella respuesta tan seca, y el que no intentara defenderse.

Sin nombre.
Humana, que ha pasado contigo, noto que tus ropajes, tienen quemaduras y rasgaduras, y viendo tu rostro, puedo entender, que has visto algo, capaz de enloquecer hasta al caballero más valiente, aun con tu cuerpo debilitado, y que tu mente a punto de colapsarse, tu espíritu, se niega a doblegarse, que es lo que te mantiene, tan firme ante esta situación.

La pequeña le respondió.

Vale.
Mi madre, y mi padre, fueron asesinados, junto con los demás miembros de la caravana en las que nos dirigíamos al pueblo, traíamos mercancía, para intercambiar con los demás comerciantes, y así, poder reunir dinero, para continuar con nuestro viaje, si aún no lo entiendes, yo he visto, como me arrebataron, mi pasado, mi presente y mi futuro, solamente, para conseguir algunas pieles y especias, aunque fueras la muerte en persona, no retrocedería un paso, una persona, la cual ya no tiene nada que perder, se convierte en el guerrero mas fuerte.

El dragón, le respondió.

Sin nombre.
Entonces, tenemos algo en común pequeña, ambos, hemos perdido todo, a manos de los humanos, aunque, en tu caso, no fue su culpa, y no puedes culparte por eso, no podías saber que pasaría, y aunque lo supieras, no podrías evitarlo, en mi caso, yo fui el que condeno a los míos, pues antiguamente, pensaba que dragones y humanos, podíamos vivir en paz, sin que ninguno, tuviera deseos de conquistar al otro, logrando convencer a mis amigos, a mi familia, y a aquella, quien ame por tanto tiempo, de que era mejor, ser neutrales ante la situación.

Sin nombre.
Pasaron los meses, y todo parecía ir bien, yo supervisaba que nosotros no invadiéramos el territorio humano, mientras que uno de tu especie, el cual fue el primero en acercarse a nosotros, me otorgaba reportes de la situación, este sistema, funciono bien, por un tiempo muy corto, hasta que su verdadera naturaleza despertó, y sin poder hacer nada, me encontré encadenado a la tierra, vigilado por al menos 20 hombres, que esperaban a atacarme, en el momento que despertara, e intentara pelear.

Sin nombre.
A pesar de que nosotros somos poderosos, ustedes poseen capacidades tácticas, que pueden igualar la batalla, el engaño, es una de ellas, y la saben aprovechar muy bien, mis amigos, cayeron uno por uno, luchando ferozmente, pero siendo contrarrestados, por su tecnología, nunca llegue a pensar, que podrían desarrollar armas, que pudieran lanzar fuego, de una manera tan potente como lo hacemos nosotros, siendo presas fáciles, para las municiones de sus armas.

Sin nombre.
Mi familia corrió con la misma suerte, pero, no pude verlos, ni siquiera, pude decirles adiós una última vez, y mi amada, cayo delante mío, cuando aquel hombre, el cual, se hacía llamar, El capitán, le dio el tiro de gracia, mientras, me agradecía por la ayuda, cegado por la ira, simplemente junte todas mis fuerzas, y me levante, matando a todos los hombres, excepto a él, quien, cobardemente, se escondió detrás de sus hombres para no salir herido, pero logre, herirlo en el ojo izquierdo, dejándole una cicatriz, que será mi recuerdo, hasta que volvamos a encontrarnos, y logre quitarle la vida de una vez por todas.


Vale, quedo atónita, por la historia del dragón, puesto que, no pensaba, que en verdad, estas criaturas, pudieran tener una vida, tan parecida, a la de los seres humanos, solo, que sin complicarse tanto, puesto que, ellos no ponían fronteras entre sí, ellos eran libres de volar en cualquier lugar, y poder hacer su hogar, todo el mundo.

Vale.
Puede parecer cruel, lo que diré, pero me alegro, de haber escuchado tu historia, al entender, que no solo te hice frente, por el hecho de estar destrozada por lo que sucedió con la caravana, sino que, logre sentir, un aura que combinaba con la mía, cuando estaba hablando contigo, era eso, un espíritu el cual ha sido tan lastimado, reconoce de inmediato, a otro, que está en la misma condición, buscando entre sí.

El dragón, con su cola, levanto a vale, para poderla mirar de frente, luego de haber cruzado sus miradas, y poder haber visto en sus ojos, aquellos espejos que reflejaban los sentimientos, tanto de dolor, y perdida, como una rara sensación, de alegría, por parte de ambos, al encontrar, alguien que comprendiera su sufrir, dos seres, que habían perdido todo, se habían encontrado, y planeaban, ajustar cuentas.

Sin nombre.
Pequeña, tú no tienes hogar, y lo más probable, es que termines como esclava de aquellos que emboscaron tu caravana, quédate aquí, hasta que tus heridas, sanen, y tu cuerpo se fortalezca, lo suficiente, como para caminar sin problemas, en ese momento, estas viejas alas, alzaran vuelo una vez más, e irán, a conseguir la venganza, que ambos merecemos, pero, tu estas dispuesta, a que asesine sin ningún reparo, a tantas personas, el ver como sus cuerpos arden delante de ti.

Vale responde.

Vale.
Todo el aprecio, y la piedad, que pude haber tenido, por esta especie, se fue, junto con mi familia, en el momento, en que ellos ardan, le daré el golpe de gracia a cada uno, mientras ven como sus compañeros se van uno por uno, esperando sin poder mover un musculo, a quien será el próximo, es por eso, que volemos juntos, y caigamos como un haz de fuego, que traerá justicia a este lugar, por cierto, me llamo vale.

El dragón respondió.

Sin nombre.
Yo no poseo un nombre, tal como tú, o si alguna vez lo tuve, quedo olvidado entre mis recuerdos, pero, puedes decirme, la sombra, a partir de hoy, me mantendré a tu lado, vigilándote, y cuidándote, esperando el momento, en que tenga que salir, para acabar con quien se atraviese en tu camino, nuestra desgracia, es a partir de ahora, la cadena que une nuestros destinos.

Y así, una nueva historia comienza.



PD: colaboración, pinkamena  la  escritora, www.facebook.com/superainbowda….
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