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La rosa de la esperanza.

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Piensa un momento, mientras  estas  a punto de dormir,  en  todas las  historias  que faltan  por  ser contadas,  y  que en estos momentos se están  escribiendo los clímax  decisivos  en  la  vida  de  sus protagonistas, es increíble  la  cantidad de cosas  que podrían  ocurrir  mientras desde la  ventana  se pueden  ver  las  estrellas  posándose  en  el cielo  nocturno.

Por  un  instante, hubiese  parecido  que lo  pudiste haber  visto  todo, cada  uno de  los  momentos más  profundos  en  la  vida  de distintas personas que día a  día,  logran  pasar por  la  misma  calle,  pero  que al  verlas  con un enfoque diferente, el ver  aquella  caminata  rutinaria puede  tomar un nuevo  significado.

Quizá  tal vez ahora,  puedas darle una mirada diferente a algunos momentos,  no  solo que pasan  a diario  en tu vida,  sino también  aquellos que afectan  a  los demás, comenzar a  ver  las  cosas  de  una forma que incluso, pueden hacer de un día  cualquiera, una  experiencia  única, el  salir y por  un  instante  comenzar a notar todo  aquello  que  pasaba desapercibido antes.

Tal vez puedas encontrarte con algo que  necesitabas, pero  con eso  no necesariamente tiene que ser  algo material, puede  que  aquello que tanto buscabas para poder salir de una mala racha que  te ha estado persiguiendo durante toda la semana, fuera simplemente  un lugar para poder  aclarar  tus pensamientos,  y poder  tener  un  poco  de  tranquilidad.

El  sentarte en la banca, de aquel parque que  parece  abandonado por  el tiempo, al cual solamente recordabas vagamente, debido  a que  tenías  que pasar por  donde se  encontraba, en el  camino  de  regreso  a casa, pero que  ahora has ido  hacia  el  por  voluntad propia, preguntándote  el porqué, pero que  pasaría si, te das  cuenta  que  no eres el  único,  en aquel  lugar.

Que a pesar de  que  en  un principio  no notaras  que hubiera alguien más,  lograras ver  a  un señor  de  edad avanzada, cuya mirada parece  apuntar solamente en una  dirección mientras se le nota distraído,  que  por curiosidad te comenzaras a  acercar, y  vieras como hay una pequeña flor que lucha por emerger entre los escombros.

Acaso el ver la dura  pelea de aquella pequeña flor, no  te  recordaría un  poco  a lucha que constantemente has estado llevando durante la semana, mientras  que  en  ese pequeño  momento de  reflexión, pareciera  que estuvieras  viendo aquellos malos momentos que te han  llevado  a  tu  actual estado, pero que también, logras visualizar aquellos que aunque sea de una  forma efímera, han logrado traerte algo de  felicidad.

Dando como resultado, que te sientes a lado de aquel viejo, un momento que tal vez pase como algo pasajero  para ti,  pero que tal si para él, volver a ver a  otra persona  que pasa su tiempo en ese parque,  y que ha decidido sentarse  junto  a él,  para compartir aquel pequeño momento, sea una  razón suficiente, como para  poner una sonrisa en su rostro.

Al poder recordar de alguna manera, aquellos tiempos cuando lo normal era ver a los  niños y niñas  correr, escuchar a los músicos callejeros los cuales  daban una buena  armonización junto  con  los sonidos que  la naturaleza proporcionaba a través de los animales que ahí paraban a descansar, mientras podía observar las hojas de los  arboles caer a través de las estaciones.

Y que en  un  momento, al querer saber que pasaba  por  la mente  del viejo, al haber puesto  tal sonrisa, preguntarle cuanto tiempo tenia viniendo a aquel parque, o principalmente, que  lo motivaba a volver a pesar de que prácticamente  estaba en  ruinas, y todas las personas preferían ir al nuevo  que estaba separado considerablemente de este.

Que por ese instante pienses que tal vez fue  una impertinencia,  pero que aquel viejo, conteste con  cortesía, que él seguía viniendo a este con la esperanza de encontrar a alguien, que también  pudiera apreciar la belleza que todavía se podía observar ahí,  por  muy pequeña e insignificante que fuera  para los  demás que pudieran  pasar  de largo, que hubiera  alguien  que se  detuviera  unos  momentos, para poder recordar a quienes fueron dejados atrás.

Tal vez  sea por el sentimiento  del momento, que  al ver que unos cuantos escombros han  caído sobre  aquella  flor, y  veas como aquella sonrisa que  se había dibujado en  el rostro del viejo, se va  borrando,  al punto de que  estuviera a punto de llorar, por la  impotencia  de  no  poder moverlos debido a su  avanzada edad.

Que por alguna razón,  no  quisieras que  eso pasara, a pesar de haberse conocido hace unos pocos minutos,  el ver la sonrisa  de  aquel viejo a punto  de ser convertida en llanto, se convierta en  una  razón suficiente, como  para poder levantarte, y quitar los escombros que cayeron  sobre aquella flor, que no importe que a  la vez, te estés lastimando debido a lo pesados que están, solamente no quieres, que  aquello que les  dio un momento  de felicidad, desaparezca.

Aquella flor,  a pesar de  haber  sido  aplastada,  logro sobrevivir, pero no  quedaba  lugar para ella ahí, al ver el curso  que  habían tomado las cosas, tal vez te sientas sorprendido, pero  a la vez,  como si de cierta manera, aquellas preocupaciones que  tenías, se  hubieran ido junto con aquellos escombros que  lanzaste lejos para protegerla.

Al verla,  el viejo la toma entre  sus  manos,  y escarbando un hueco en  la tierra con su bastón, la planta  en los que solían ser varios caminos de  rosales, pero que ahora, solamente  eran grandes segmentos de tierra que  no había sido usada en años, y que  a partir de ese momento, a pesar  de  no decirse nada,  haber hecho  un  pacto, para protegerla mientras crecía.

Ahora el salir del trabajo  tendría  un   nuevo  significado, ahora  no  solo sería  el mismo camino de siempre, sino que  también, irías a visitar ese antiguo parque, verías al viejo  sentado  en la  misma banca que lo  encontraste en la anterior ocasión, ambos cuidarían de aquella flor que se había convertido en algo  más  que una  simple planta  de  decoración, puesto que para  ustedes, significaría, aquella  nueva esperanza, que les ha  dado otra oportunidad.

Es increíble,  tal vez pensarías, después de  todo  como algo tan simple a la  vista,  pudo  haber  tomado  tanta  importancia, como para  dedicarle varias horas del día después de trabajar, como un completo desconocido, se convirtió, en  un preciado  amigo, que cada día  que  pasaba compartía una  nueva experiencia  contigo.

Con el  tiempo, los días se  volverían  semanas, las semanas meses, y en el momento en que pudieras darte cuenta,  habría pasado ya un año desde que comenzaron a cuidar aquella flor, la  cual se había convertido,  en un hermoso rosal con  flores de vivo color rojo, en ese  momento, tal vez sería un  sentimiento  único, el poder apreciar, el producto  de todo su trabajo duro.

Aunque,  aquel bello momento, tal vez era  lo único que aquel viejo necesitaba,  para poder retirarse  de este  mundo, que luego  de haber sufrido un  ataque al corazón, con lo cual los doctores le  dijeron, que no le quedaba  mucho tiempo, y que salir a las condiciones del clima del invierno,  solamente empeoraría las cosas.

Pero que tal,  si el,  solamente quisiera verlo por una última vez,  que te dijera que  lo  sacaras del hospital, y que en  una silla de ruedas, lo llevaras hacia donde  se  encontraba aquel rosal que habían cuidado por todo  un año, ya  que él solamente, quería verlo una  última  vez, cumpliendo su  última voluntad, el  vería aquel rosal, cuyos colores rojos, estarían opacados por la nieve que lo había cubierto.

En ese  momento, dirigiéndote  unas últimas palabras, aquel viejo, el cual  había estado  solo  tanto  tiempo, y que en ti, una  persona que solamente buscaba  un momento de  paz,  encontró a  alguien  con  quien pasar sus  últimos momentos felizmente, y que en  ese rosal, que ahora estaba cubierto  por la  nieve, ambos  encontraron  lo que necesitaban para seguir adelante, algo por que  luchar,  mas  allá de sus propias necesidades, donde ambos se vieran  reflejados.

Y que al ver como crecía, podían crecer también,  pero ahora, que aquel viejo había muerto, que pasaría, dejarías  aquel rosal marchitarse, o preservarías ese  recuerdo por más tiempo, esperando a que otra persona  necesitara una razón  para poder luchar, continuando  el legado que el  viejo había dejado, y  que en cada año que  pasara, en un  día de invierno, un camino  de pétalos de rosa.

Llevaría hacia una tumba, sobre  la cual  habría una rosa  de  color  rojo, que cada  noche  seria iluminada por  la luz  de la  luna,  mientras que se ven las pisadas de  alguien  que  se  retira entre las  sombras, marcando  un nuevo  camino  que seguir, mientras que se puede ver  grabado  en la nieve, un mensaje para aquellos perdidos entre la oscuridad, el cual diría,  buena suerte, espero  que hoy las  estrellas te guíen  hacia un  buen destino.

 

 

 

 

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