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Mensaje, a una doncella en tiempos de tristeza.
Un corazón sincero, que con mucho anhelo, quiso encontrar, a aquella persona, que sus sentimientos supiera aceptar, siendo ilusionado, por un joven, el cual parecía ser aquel, quien al final sería la correcta elección.
El comienzo de una feliz historia, habrá pensado en su momento, al poder observar, como poco a poco, aquellas ilusiones, que se había plateado, con el pasar de las noches, se iban volviendo realidad, pensando, que solamente, la felicidad le esperaría en los siguientes días.
Pero, hay cosas, que es muy difíciles, preverlas, y más aún, en los instantes de felicidad, dado, que aunque pueden llegar a pasar por el pensamiento, es de manera casi imperceptible, al solo fijarse, en un porvenir alentador.
Desgraciadamente, hay muchas personas, que creyendo hacer lo correcto, podrían llegar a mentir, no solamente, engañando a la otra persona, sino a ellos mismos, encerrándose, lentamente, hasta no poder ver más haya, de su propio beneficio.
Aunque, como reaccionaria, aquella persona, que entrego totalmente su corazón y sus sentimientos, pensando que serían correspondidos, tal vez la respuesta más acertada, seria, que no sabría cómo reaccionar en un principio.
Comenzaría a preguntarse, las razones del porque se llegó a esa situación, siendo, que no podría entender, como de repente, todos aquellos sueños, esas esperanzas, y ese futuro, que pudo haber previsto al lado de aquel joven, se caía en pedazos.
Intentando, hallar alguna explicación, tal vez, encontraría que las razones de aquel joven, no son precisamente, algo que parezca suficientemente fuerte, como para destruir, aquella relación que habían construido juntos.
Tratando de asimilar la situación, buscaría cambiar la decisión del joven, puesto que veía, que no solamente, le estaba haciendo daño a ella, sino que, el prácticamente, estaba aprisionándose, en un mundo, muy distinto al que conocían.
Pero, a pesar de la insistencia de la doncella, él se negó a escuchar razones, que no fueran las que el creyera adecuadas, simplemente se dio vuelta, y la abandono, dejándola desconsolada, mientras que la doncella, caía lentamente entre sus propios lamentos.
La doncella, a partir de ese momento, solamente podía recordar de manera amarga, aquellas emociones, que el joven le había hecho sentir, puesto que, lo que en su tiempo, era un sentimiento de amor, al tomarse de la mano, y tener un momento para ellos, apartándose del resto.
Ahora, solamente, representaba un tormento para la doncella, quien no podía sacar, aquellas memorias de su cabeza, y mientras más lo intentaba, el sentimiento de dolor aumentaba, haciendo, que las noches se volvieran eternas para ella.
Poco a poco, aquella doncella, comenzó a darse cuenta de su situación, y fue consiente, del daño que se estaba ocasionando, al solamente centrar su mente, en aquellos recuerdos, con su antiguo amor.
En esa noche, la doncella saldría a ver las estrellas, tratando de encontrar un momento de paz, consiguiendo, que en ese momento, al encontrarse iluminada por la luz de la luna, y cubierta por el manto nocturno.
Su corazón, que en noches anteriores, solamente, estaba cargado de dolor, e ira, volviera a latir dulcemente, sintiendo de nueva cuenta, ese calor que tanta falta le hacía, pero aun así, se encontraba todavía, con sus sentimientos a flor de piel.
Cuando ella estaría por entrar a su casa de nuevo, se encontraría, con que hay otra persona aparte de ella, un extraño, el cual, le haría sentir nostalgia, puesto que era parecido, aun antiguo amigo suyo, el cual había desaparecido.
El viajero, se presentaría naturalmente, para sorpresa de ella, seria alguien muy amable, tal vez, la curiosidad, la impulsaría, a querer quedarse un poco más de tiempo, y poder preguntarle algunas cosas al viajero.
Sintiendo plena confianza, en aquel desconocido, le hablaría de aquel problema, que la había tenido, tantas noches consumida en la tristeza, pero a la vez, la doncella se preguntaría, el porqué de repente, sentía tal empatía con aquella persona.
Tal vez, sería la atmosfera, que habría propiciado ese momento, o que al momento de seguir con la conversación, se daría cuenta, de que aquel viajero, también había sucumbido, a las penuria que la aquejaban.
Incluso admitiendo, que tuvo 5 oportunidades para quitarse la vida, pero que en cada una fallo, siendo que en su último intento, logro comprender finalmente, el porqué de su situación, la doncella, quedaría impresionada, al escuchar las palabras del viajero.
Una vez acabada la historia del viajero, y que la doncella, le contara su desventura, el viajero le diría a la doncella, que estaba bien sentir aquella tristeza, ya que eso demostraba, que estaba viva, pero que no solamente, podía mantenerse en ese amargo recuerdo.
Terminando, ambos de hablar, el viajero, se marcharía, diciendo, que todavía le quedaban muchas cosas que ver, e historias que escuchar, despidiéndose de la doncella, prometiéndole que algún día se volverían a ver.
Y que el esperaría, encontrarla de nuevo, en una noche en que la luna la iluminara, pero que aquellas lagrimas que fueron derramadas durante la conversación, fueran reemplazadas, por sonrisas de parte de ella.
La doncella, decidiría tomar una decisión, y aunque sabría que sería dolorosa, tendría en mente que era muy necesaria, en el pasar de los días, aceptaría esa tristeza, ese dolor, la angustia y la desesperación, pero también, la felicidad, la alegría, y la dicha, que tuvo en su amorío con aquel joven.
Una vez, ella aceptara esos sentimientos, volvería a ser, realmente libre.